Toradora, shojos y sus problemas

Toradora fue un anime que se emitió durante fines del 2008 y comienzos del 2009. De género romántico, esta obra se recuerda con cariño o se critica muchas cosas de su desarrollo. Hoy en anmo sugoi estaremos analizando a partir de Toradora y su mensaje un problema particular de los shojos (demografía referente a las chicas adolescentes).

Que tal, yo soy Rush y hoy tengo el placer de traerles un análisis sobre una demografía tan hermosa en la industria como lo es shojo y exponiendo, en este caso, algunos recursos criticables dentro del shojo y el género romántico.

Antes de comenzar hay que aclarar que van a haber spoilers de Toradora, por lo que te recomiendo verla antes de leer esta nota. El anime se encuentra disponible tanto en Netflix como Crunchyroll

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Toradora para olvidadizos

Personalmente, he de admitir que Toradora fue el primer shojo que vi en mi vida. Y realmente es una obra que te hace reír y es disfrutable. Pero el problema con Toradora llega recién en su final.

Para aquellos que no recuerden el final de la serie dejen que se los recuerde. En el capítulo 21, llegando al final, Taiga tiene un accidente en una pista de patinaje que hace que se caiga por un costado. Pasaban las horas y al no poder encontrar a Taiga, Ryuji sale a buscarla. Logra encontrarla y regresarla al hotel, y ella confundiéndolo con Kitamura se confiesa a Ryuji.

Esta situación da lugar al conflicto final en donde Minori (la mejor amiga de Taiga y el interés romántico de Ryuji) confronta a Taiga para que sea sincera con sus sentimientos y deje de esconderlos. Finalmente, Taiga le confiesa sus sentimientos a Ryuji y este le corresponde. Entonces, Taiga y Ryuji deciden huir juntos de sus familias, Taiga por considerar a sus padres ausentes y llenos de errores y Ryuji porque su madre no lo dejaba trabajar.

Posteriormente, van hacia la casa de Minorin, en donde se reúnen todo el grupo de amigos una última vez para desaprobar la conducta de la pareja pero apoyarlos. Minori les da sus ahorros de todos sus trabajos, Ami les presta su casa en la playa y Kitamura les regala cupones de arroz. Luego de que ellos se marchan, Minori finalmente cae desconsolada al suelo, frustrada al ver que no podía intentar nada con Ryuji porque eso sería interponerse en la felicidad de Taiga.

La historia termina con Taiga recapacitando y aceptando ir a vivir una nueva vida con su madre para luego si estar definitivamente con Ryuji.

Un shojo cuestionable

Cuando volví a mirar nuevamente Toradora lo único que se me vino a la mente fue la cantidad de mensajes positivos que trataba de transmitir el anime, sin embargo, fueron ejecutados de maneras bastante cuestionables.

Del primer problema que voy a hablar va a ser del protagonista masculino: Ryuji Takasu. Y es que el problema de este personaje es su falta de atención a su entorno, su timidez y que sea el protagonista de su obra. A lo que me refiero con este último punto es el hecho de que Ryuji, siendo un chico común que no destaca para nada más que por el hecho de ser una persona bondadosa y humilde, logra atraer todos los conflictos amorosos por él.

Tanto Taiga como Minorin y Ami se ven atraídos por Ryuji y eso es un denominador que parece repetirse en muchos shojos. El protagonista necesita tener un conflicto romántico porque si no la trama se estanca.

Y esto no solamente sucede aquí, sino que es un recurso muy recurrente dentro de los shojos o dentro del género romántico. Triángulos o hasta octágonos amorosos que suscitan un conflicto dentro de la trama y el desenvolvimiento del mismo muchas veces no se siente natural, sino que forzado. Si bien desde el inicio se establece que Ryuji y Taiga van a terminar juntos (hasta el propio título de la obra lo spoilea), la forma en la que se juntaron no es la más orgánica.

Ryuji acepta los sentimientos de Taiga, pero cuando esta se le confiesa y ve todo lo que esta por perder. Jamás pensó en otra persona que no fuera Minori hasta el final de la serie. Y este es un grave problema de la historia, que si bien se viene construyendo e intuyendo los sentimientos de Ryuji hacia Taiga, este seguía profundamente enamorado de su amiga y no lo acepta hasta que la situación ya alcanzo su punto de no retorno.

Problemas románticos

Y esto es un denominador común en general de cualquier historia de anime en su lado romántico. El ejemplo más claro lo tenemos (y perdonen a todos los fans de la franquicia por esto) en Naruto con la relación entre Hinata y Naruto.

En los shojos es algo que suele pasar más frecuentemente porque está hecho desde un ámbito estudiantil adolescente cuando en realidad no siempre es así. El mejor ejemplo que conozco es Tsurezure Children porque la obra permite que absolutamente todas las situaciones que uno puede vivir durante su experiencia estudiantil ocurran y que no se sientan forzadas, ya que hay una construcción de la relación detrás de cada pareja.

Taiga tiene sus problemas también. Partiendo desde el personaje cliché (estereotipo) de shojo, alguno de los dos siempre tiene que ser rico. Y eso pasa hasta en una comedia romántica excelente como Kaguya-Sama. Pero tiende a ser algo repetitivo y muy poco creíble, por lo que cuesta más empatizar con Taiga sabiendo desde el principio con las comodidades que cuenta.

No obstante el problema principal proviene de su personalidad. Taiga se enamora de Ryuji por la misma razón por la que se enamoró de Kitamura en un principio, porque fueron personas que le demostraron lo que es el afecto. Otro aspecto a criticar es su falta de sinceridad con ella misma y su egoísmo desmedido. Esto afecto al personaje a lo largo de la serie y terminó por hacerla parecer una persona despreciable cuando realmente Taiga no es así o al menos no quiere serlo.

Conclusiones

Hoy en día podemos ver una evolución en los shojos, pues tenemos ejemplos más claros de lo que es una buena construcción de un romance. Fruits Basket, Given, romcoms y Splices of life como Kaguya-sama, Komi-san, Shigatsu wa Kimi no Uso, Wotakoi (a pesar de ser un Josei) hasta Nagatoro tiene un romance bien armado (solo que deberemos esperar a la segunda temporada para verlo).

También hay ejemplos de construcciones de buenas relaciones románticas dentro de otros géneros, como Winry y Ed en FMA, Casca y Guts en Berserk, más reciente en el tiempo tenemos Asta y Noelle en Black Clover e Izuku y Uraraka en Boku no Hero (aunque estos últimos dos debemos tomarlos con pinzas, ya que aún siguen en emisión)

Si bien la demografía del shojo no debe ser encapsulada únicamente en el género romántico, si es uno de sus géneros principales no solamente debería estar orientado al romance. Este encapsulamiento es lo que no permite a la demografía avanzar sobre otras áreas e incluso romper clichés dentro de sus géneros ya explorados.

La crítica trató de trazar paralelismos y clichés presentes en el shojo, otras obras del género y dentro de otros. El amor no debe ser construido solamente desde un punto de vista juvenil, pero tampoco todo amor juvenil es como lo muestra Toradora, y ni siquiera las situaciones de conflictos amorosos son así.

Toradora es el ejemplo más claro de una mala construcción de una relación romántica. Ya que pasa por encima de los demás personajes y por encima de los sentimientos de los propios protagonistas para construir un amor que está cimentado en una construcción tóxica y con un paso sumamente dañino para la gente que está cerca de ella. Y esas construcciones son algo que frecuentemente ocurren dentro de la industria al tratar de forzar parejas que no están destinadas a ser por la naturaleza de sus personalidades.