En Japón, la distribución de contenido para adultos es algo de lo que se tiene cada vez más rigor y es una prioridad para las autoridades atrapar a quienes incumplan las normas, pero ¿Qué sucede cuando son las propias fuerzas del orden son las que incumplen las normas?, pues de eso vamos a hablar a continuación.
FC2 es una plataforma muy popular en Japón ya que proporciona muchos servicios web, entre ellos el tema de rentar y vender productos que en este caso se tratan de videos para adultos. Si bien no es ilegal como tal vender este tipo de contendió, el mismo debe estar sujeto a las reglas de censura impuestas en el código de leyes de Japón.
Precisamente esto es lo que Shigeru Fukuda (36 años), presidente de una productora de video, Masato Hoshi (32 años), miembro de la Fuerza de Autodefensa Marítima, y un involucrado más no tuvieron en cuenta ya que tenían establecida una estrategia para vender contenido y distribuirlo para generar ganancias que, según la Policía Metropolitana de Tokio alcanzaban los 125 millones de Yenes.
Se presume que el método utilizado era el reclutamiento de diferentes chicas a través de Twitter, a quienes Fukuda les pagaba por una suma de dinero por aparecer en sus videos en los que el mismo se presentaba como actor, para que posteriormente Hoshi y el otro involucrado se encargaran de la de distribución de los videos a través de FC2.