Kanzaki Hiro, nombre artístico de Hiroyuki Oda y reconocido ilustrador detrás de populares novelas ligeras como Oreimo y Eromanga Sensei, utilizó recientemente su cuenta oficial en Twitter/X para alzar la voz sobre una problemática que, aunque conocida, rara vez se discute abiertamente. El acoso dentro de la industria del anime, en una serie de mensajes directos y reflexivos, el artista expuso diversos casos de hechos graves, así como prácticas laborales tóxicas que, según él, siguen siendo frecuentes en muchos estudios de animación japoneses.
Animador de Oreimo revela la cara oculta de la industria del anime
El reconocido ilustrador de obras como Oreimo y Eromanga Sensei a través de varios tuits publicados en su perfil de Twitter/X, Kanzaki Hiro describió un ambiente laboral donde el acoso moral se normaliza bajo el pretexto de mantener a genios creativos. Sus declaraciones han resonado como un campanazo en la comunidad, evidenciando problemas estructurales que muchos prefieren ignorar, y que existen dentro de la industria del anime.
Entre los testimonios más impactantes, Kanzaki Hiro mencionó casos de directores fallecidos que eran conocidos por sus comportamientos abusivos hacia los novatos, incluyendo prácticas que rayaban en el maltrato psicológico. Lo más preocupante, según el ilustrador, es que estos individuos nunca enfrentaron consecuencias porque su talento técnico los hacía indispensables para los estudios, esta cultura de impunidad se extiende hasta hoy, donde acosadores en posiciones de poder mantienen sus trabajos mientras las víctimas son silenciadas.
Kanzaki Hiro hizo especial hincapié en la vulnerabilidad de las mujeres en la industria, señalando que ellas enfrentan un riesgo desproporcionado de acoso a sus cuerpos: «He visto cómo talentosas animadoras abandonan sus sueños por no soportar más el ambiente hostil», confesó. Esta realidad se ve agravada por la precariedad laboral y el miedo a las represalias, que disuaden a las víctimas de denunciar, las trabajadoras freelance son particularmente vulnerables, ya que dependen de las recomendaciones para conseguir nuevos proyectos.
Aunque la situación es grave, Kanzaki Hiro también destacó historias esperanzadoras de profesionales que se esfuerzan por crear ambientes más sanos, mencionó casos de directores y animadores seniors que dedican tiempo extra a hacer de mentores a los recién llegados, protegiéndolos de los peores hechos: «No todo es oscuro», aclaró, «pero estos esfuerzos individuales no son suficientes para cambiar un sistema roto», Kanzaki Hiro enfatizó que se necesitan reformas estructurales, no solo buena voluntad.
La reacción en redes sociales fue inmediata y contundente, cientos de fans y colegas compartieron sus propias experiencias bajo el hashtag #AnimeIndustryMeToo, revelando un patrón alarmante de comportamientos abusivos que se repiten en distintos estudios. Muchos señalaron que el problema es particularmente agudo en los departamentos de producción, donde las largas jornadas y la presión extrema crean un caldo de cultivo para el abuso. «El sistema está diseñado para que las víctimas callen o desaparezcan», escribió un ex-animador.
Un aspecto que varios usuarios resaltaron es la paradoja de que una industria que produce historias sobre héroes y justicia tolere tales injusticias tras bambalinas, algunos apuntaron a la cultura japonesa del gaman (aguantar) como parte del problema, que normaliza el sufrimiento en silencio. Sin embargo, otros argumentaron que esto no puede seguir siendo una excusa, especialmente cuando el anime es un producto global consumido por millones.
Entre las posibles soluciones discutidas, destacan la creación de sindicatos más fuertes, canales de denuncia anónimos efectivos y mayor transparencia en los procesos de contratación, algunos estudios pequeños ya han implementado políticas de tolerancia cero al acoso, pero los grandes jugadores de la industria siguen en deuda con sus trabajadores, como concluyó tristemente Kanzaki Hiro: «El anime que amamos está manchado con las lágrimas de quienes lo hacen posible».
Kanzaki Hiro, cuyo nombre real es Hiroyuki Oda, es un reconocido ilustrador japonés célebre por su trabajo en las novelas ligeras Ore no Imouto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai (Oreimo) y Eromanga Sensei, ambas escritas por Tsukasa Fushimi. Su estilo artístico, caracterizado por diseños de personajes expresivos y detallados, ha sido fundamental para el éxito visual de estas series, además de su labor como ilustrador, Kanzaki ha incursionado en la música bajo el seudónimo de Hanasoumen-P.
Creando canciones para Vocaloid y publicando contenido en su canal oficial de YouTube desde 2014, entre sus contribuciones más destacadas se encuentra la canción Mirai no Sekai, lanzada en 2022 para conmemorar el 15º aniversario de Hatsune Miku, acompañada de una ilustración especial de la icónica vocaloid. Asimismo, ha participado en el diseño de personajes para proyectos de VTubers, como Himemori Luna de Hololive, consolidando su presencia en diversas áreas de la cultura pop japonesa.