La reciente afirmación de Swen Vincke, cabeza de Larian Studios, ha caído como un meteoro en la industria. Su próximo proyecto, que respira el ADN de Divinity, será «mucho mejor» que la obra maestra que fue Baldur’s Gate 3. Lejos de ser una simple hipérbole de marketing, esta declaración esconde una verdad técnica y creativa. Y tras analizar a fondo la evolución del estudio, resulta totalmente plausible. ¿Por qué el regreso a su propio universo supone una amenaza real para el legado de los Azotamentes? Desglosamos las claves de este ambicioso futuro.
La maestría técnica liberada de ataduras
Para entender la magnitud de esta noticia, hay que recordar que Baldur’s Gate 3, pese a su excelencia, operaba bajo las estrictas reglas de Dungeons & Dragons. Esto limitaba ciertas mecánicas de Divinity que priorizaban la diversión caótica sobre el equilibrio de mesa. Al volver a su propia propiedad intelectual, Larian recupera la capacidad de diseñar sistemas de combate y física sin pedir permiso a Wizards of the Coast. Tras haber jugado cientos de horas a sus títulos anteriores, es evidente que el equipo se siente más cómodo cuando pueden romper sus propias reglas. Esto augura una experiencia mucho más reactiva y salvaje.
Divinity recupera la libertad creativa absoluta
El factor diferencial radica en la «interactividad sistémica». Mientras que en BG3 muchas interacciones estaban scriptadas por la narrativa, la saga Divinity siempre apostó por que el mundo reaccionara de forma lógica pero impredecible a los elementos. Swen Vincke sugiere que la tecnología actual les permitirá elevar esta premisa a un nivel que no pudieron alcanzar en Original Sin 2. Esto significa que el próximo título no solo se verá mejor, sino que se «sentirá» más vivo. Permitirá soluciones a misiones que ni los propios desarrolladores habrían imaginado, algo que la rigidez de D&D a veces dificultaba.

Un legado que evoluciona con la experiencia
No podemos ignorar el peso emocional que tiene esta franquicia para el estudio. Fue Divinity quien los salvó de la quiebra y los puso en el mapa. Y ahora regresan a ella con los bolsillos llenos y un equipo veterano que ha aprendido de los errores y aciertos de una producción GOTY. La promesa de superar a BG3 no se basa en el tamaño del mapa, sino en la densidad y calidad del contenido. Al analizar el flujo de trabajo de Larian, se percibe que aplicarán todo el «know-how» cinemático y narrativo adquirido recientemente para dotar a su universo original de una profundidad dramática que antes no tenía el presupuesto para costear.
Divinity: El veredicto de los expertos
A veces resulta complicado juzgar títulos de un mismo estudio donde comparten ciertas características y resuenan tanto en la industria como lo fue en su momento Baldur’s Gate 3. Sin embargo, debemos preguntarnos hasta dónde sería justo comparar 2 franquicias entre ellas, así como a sus anteriores entregas. Quizá la promesa de Larian Studios sirva para levantar el hipe más de lo que ya está. Pero la nueva entrega de Divinity, a mi parecer, deberá ser evaluada con un ojo crítico y con la tendencia más próxima a la objetividad.

Dicho lo anterior, es normal que los jugadores esperemos una entrega que supere lo antes mostrado, puesto que la industria intenta superarse siempre para no quedarse atrás en la competencia.
Y ante todo, teniendo en cuenta la expertise del estudio, podemos estar seguros que será una entrega inolvidable que competirá como lo mejor del año.
