El éxito mundial de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba no solo consolidó al anime como una potencia cinematográfica, sino que también encendió las alarmas entre los actores de voz. La creciente popularidad del anime en taquilla ha despertado el interés de los grandes estudios de Hollywood, que ven en este fenómeno una nueva mina de oro.
Sin embargo, esa misma atención genera preocupación entre quienes dan vida a los personajes, temiendo que las productoras prioricen el marketing y las celebridades por encima del talento auténtico. Lo que para muchos representa una oportunidad histórica para el anime, para otros podría marcar el inicio de una peligrosa invasión cultural y laboral.
Hollywood mira al anime como su nuevo tesoro

Durante una entrevista con Polygon en la New York Comic-Con, el elenco en inglés de Jujutsu Kaisen expresó su preocupación ante el interés de Hollywood por capitalizar el éxito de las películas de anime.
Kaiji Tang, voz de Gojo Satoru, señaló que el impresionante rendimiento de Demon Slayer: Infinity Castle, con más de 600 millones de dólares recaudados a nivel global, ha despertado la ambición de los estudios estadounidenses. Hollywood dirá: ‘¡Oh, man, las películas de anime funcionan, hagámoslo!’, comentó Tang.
La industria estadounidense ya ha dado pasos firmes en esa dirección, especialmente con adaptaciones anime a live-action. Como Cowboy Bebop y One Piece de Netflix, o el futuro proyecto de Mobile Suit Gundam, producido por Legendary Pictures junto a Bandai Namco Filmworks. Sin embargo, Tang advierte que copiar la fórmula de Demon Slayer sin entender su esencia podría ser un error: El secreto del éxito fue el desarrollo de su historia a lo largo de años, no algo que se improvisa con una sola película.
El miedo a perder las voces originales

El temor más grande de los actores es ser reemplazados por celebridades con más seguidores que talento para la interpretación en el anime. Robbie Daymond, voz de Megumi Fushiguro. Declaró sentirse honrado de ser parte de la última generación de actores de voz reales en anime. Antes de que las corporaciones lo llenen de celebridades mal doblando personajes. Kayleigh McKee, quien interpreta a Yuta, señaló además que los beneficios económicos del auge del anime no llegarán al elenco original. No van a aumentar nuestros pagos; simplemente traerán a una estrella famosa.
Incluso casos recientes respaldan estas preocupaciones. El rumor del casting de Channing Tatum para Demon Slayer: Infinity Castle y comentarios sarcásticos como el de Kaiji Tang. Quizás pronto tengamos a Chris Pratt como Gojo. Ilustran la tensión entre la autenticidad artística y el poder comercial de Hollywood. En una entrevista adicional con The Wrap, Aleks Le (Solo Leveling) reveló que ya ha perdido proyectos. Porque un influencer o cantante fue contratado en su lugar, denunciando que los números de seguidores pesan más que la actuación.
					
						
  
								
		
		
		
		
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