Un reciente análisis del mercado ha revelado un panorama contrastante en la industria de los videojuegos durante 2025. Por un lado, Norteamérica se posiciona como la región con el gasto promedio por jugador más alto del mundo. Por otro lado, la Generación Z ha reducido notablemente su inversión en este entretenimiento.
Norteamérica lidera gasto mundial en videojuegos

De acuerdo con un informe de Newzoo y Tebex, cada jugador norteamericano gastó en promedio 325 dólares al año en videojuegos. Esta cifra incluye la compra de títulos completos, suscripciones, divisas virtuales, contenido adicional y microtransacciones. Aunque la región representa solo el 7% del total de jugadores a nivel mundial, concentra el 28% de los ingresos globales de la industria.
En contraste, Europa registró un promedio de 125 dólares por jugador, quedando muy por detrás. A nivel global, el mercado alcanzó 3.54 mil millones de jugadores en 2025. Asia-Pacífico dominó en volumen de usuarios representando el 53%. Sin embargo, Norteamérica y Europa juntos generaron el 46% del gasto total, equivalente a unos 85.8 mil millones de dólares de un mercado global valorado en 189 mil millones. En general, el interés por el videojuego sigue siendo fuerte.
El informe también resaltó que las microtransacciones se han convertido en la columna vertebral de los ingresos. Representan el 49% del gasto en PC y el 52% en consolas, siendo los shooters el género más rentable. En dispositivos móviles, casi la totalidad de los ingresos provino de compras dentro del juego.

La Generación Z recorta su gasto en juegos
Pese a estas cifras récord, un estudio de Circana muestra que la Generación Z (18-24 años) está gastando menos en videojuegos que en años anteriores. Entre enero y abril de 2025, este grupo redujo su gasto semanal en casi 25% respecto a 2024. Mientras tanto, las compras físicas y digitales combinadas descendieron un 13%. En comparación, las generaciones mayores disminuyeron su gasto en menos de un 5%.

Según el Wall Street Journal, este retroceso se atribuye a dificultades económicas. La escasez de empleo para jóvenes, el reinicio de pagos de préstamos estudiantiles y el incremento de la morosidad en tarjetas de crédito son factores claves. Este incremento ha alcanzado sus niveles más altos desde antes de la pandemia. Tal como se interpreta, comprar un videojuego ya no es tan sencillo.
Aun así, no todo indica que los jóvenes estén abandonando por completo el consumo de videojuegos. Encuestas recientes revelan que los títulos con mecánicas gacha han llevado a parte de la población a gastar sumas tan elevadas. En algunos casos, han tenido problemas para cubrir gastos básicos como renta o alimentación.
Este escenario plantea un reto para la industria: con el crecimiento de jugadores estancado en mercados occidentales, la estrategia parece enfocarse en aumentar el gasto por persona. Esto se logra mediante paquetes más atractivos, métodos de pago flexibles y ofertas con valor añadido.

					
						
  
								
		
		
		
		
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