Casi catorce años después de su lanzamiento, The Elder Scrolls V: Skyrim sigue siendo un fenómeno difícil de explicar. A pesar del paso del tiempo y de los múltiples lanzamientos de Bethesda desde entonces, el RPG continúa atrayendo a decenas de miles de jugadores cada día. Su diseñador principal, Bruce Nesmith, asegura que aún está “eternamente sorprendido” por el hecho de que el juego simplemente no ha dejado de vivir.
Una popularidad que no envejece
Durante una conversación para el podcast FRVR, Nesmith reflexionó sobre la longevidad del título y admitió que jamás imaginó que seguiría siendo tan jugado más de una década después. Según los datos más recientes en Steam, Skyrim: Special Edition cuenta con más de doce veces el número de jugadores activos que The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered. Incluso cuando este último es una versión más reciente.
“Estoy eternamente sorprendido por eso”, confesó Nesmith. “Por todos los derechos, otro juego debió haberlo superado uno, dos o cinco años después. Pero seguimos viendo cifras enormes. Todd [Howard] nos mostraba estadísticas sobre cuánta gente seguía jugando, y era imposible de creer. Diez años después, todavía había miles de jugadores diarios”.
Para el diseñador, la explicación no está en los gráficos ni en las expansiones. Se encuentra en el tipo de experiencia que ofrece Skyrim, una que pocos juegos han sabido replicar.
El secreto del mundo abierto de Skyrim
En una industria donde casi todo se promociona como “mundo abierto”, Nesmith cree que Skyrim lo hizo de una forma que nadie había intentado antes, y que pocos se han atrevido a replicar desde entonces.
“Creo que Skyrim hizo el mundo abierto de una manera que nadie había hecho antes, y muy pocos han intentado después”, explicó. “Aceptamos que eso implicaba rarezas, que pasarían cosas extrañas, pero si lo aceptas, obtienes un diamante. Si intentas eliminar todo lo impredecible, pierdes la magia”.
El equipo permitió que el juego tuviera fallos, comportamientos raros y momentos espontáneos, porque eso contribuía a que el mundo se sintiera verdaderamente vivo. En lugar de dirigir la experiencia del jugador, Skyrim dejaba que cada persona tuviera su propia aventura. Esto es algo que Nesmith considera la clave de su éxito.
“No pusimos nada fuera de los límites. No quisimos gestionar la experiencia del jugador. Fue una experiencia guiada por el jugador, y muy pocos juegos han logrado eso”, añadió.
Más que un juego, una experiencia
Para millones de fans, Skyrim no es solo un RPG: es una caja de herramientas para la imaginación. Cada partida es distinta. Cada decisión es un nuevo camino. El título no se limita a ofrecer una lista de misiones. Te ofrece un entorno dinámico donde la exploración, la curiosidad y la libertad tienen más peso que cualquier narrativa predefinida. Nesmith lo resume así: “No hay otro mundo abierto como Skyrim, ni siquiera entre nuestros propios juegos.”
A punto de cumplir 14 años, el clásico de Bethesda sigue reinando entre los mundos abiertos, y probablemente seguirá haciéndolo hasta que llegue The Elder Scrolls VI… cuando quiera que eso suceda.